domingo, 31 de julio de 2011

Frenos para tener amigos y amigas


Un estilo de vida poco abierto a los demás. Si no nos proporciona oportunidades de relacionarnos y no hacemos nada por cambiarlo, la soledad será nuestra única compañía.

La baja autoestima y el complejo de inferioridad. Si no confiamos en el valor de nuestra aportación, tenderemos a menospreciarnos y a aislarnos. Pocas personas resultan menos interesantes que las que tienen un bajo concepto de sí mismas. Si pensamos que no valemos nada, será difícil que iniciemos cualquier cosa, y menos si conlleva un riesgo de fracaso. Y cuando la propuesta de relación provenga del exterior, lo más probable es que, por miedo, no atendamos la llamada o no sepamos hacerlo eficazmente.

Los miedos. A no gustar, a no cumplir con las expectativas que creemos se tienen de nosotros, a no estar a la altura de las circunstancias. Miedo a que si se nos conoce a fondo, se nos abandonará.

La falta de habilidades de comunicación. Decir lo que se piensa no es el problema, sino la forma en que se dice. Empatía (ponerse en lugar del otro) y asertividad (expresarnos con libertad y sinceridad, sin herir ni menospreciar) son la clave.

El autoengaño. Creer que lo damos todo, que siempre estamos a disposición del otro y, por tanto, esperarlo todo de nuestras amistades. El acaparamiento y la tensión a que sometemos a los amigos hace que quien se acerca acabe alejándose y nos suma en un sentimiento de incomprensión que termina reforzando el autoengaño.

Pretender tener siempre la razón, conducirse de forma altanera, intolerante o mezquina.
La frialdad, tanto en el campo verbal como en el gestual. La falta de emotividad, de acercamiento, de un abrazo, de una caricia.

Para ser buen amigo...


•Sal de tu caparazón: ahí fuera no están los peligros, sino las oportunidades de encontrarte a través de los otros.

•Valora quién eres y tus habilidades, e intenta saber lo que estás aportando y lo que puedes aportar si te lo propones.

•Cuida tus formas de expresión: mantén una actitud positiva y respetuosa. Pide lo que necesites. Da las gracias por lo que se te da y pide disculpas si has ofendido.

•Muéstrate como eres, no como crees que los demás quieren que seas. La sinceridad comienza en uno mismo.

•Sé generoso a la hora de compartir, tanto cosas como sentimientos y opiniones.

•Dedica regularmente tiempo a tus amigos, que no son la solución para cuando no tienes otra cosa que hacer. Trasmíteles, con tu actitud cotidiana, que ocupan un lugar importante en tu vida.

•Mima la relación con interés y dedicación.

•Muestra sensibilidad y afecto. Utiliza gestos amables y cariñosos. Cuando las palabras sobran, necesitamos apoyo, afecto y comprensión.

•Una buena amistad es un tesoro que debemos conservar. Apenas hay enfados que no puedan superarse entre amigos de verdad. Dejemos el orgullo a un lado, y hagamos lo posible por recuperar la concordia.

•Y lo más importante: a un buen amigo se le atiende y se le escucha siempre que realmente lo necesite.
Tomado de Euro residentes.

¡Vive Mundo Solteros, un Nuevo Concepto de Vida!

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