miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cómo cumplir las promesas de Año Nuevo?


No se trata de fuerza de voluntad, sino de cambiar hábitos. Uno no se lava los dientes o se ducha porque tenga mucha fuerza de voluntad, sino porque es lo que hace de manera rutinaria, casi siempre a la misma hora o en la misma situación. El hombre es un animal de costumbres, así que se trata de convertir nuestro propósito en una costumbre, algo que hagamos sin pensar y que incluso nos haga estar incómodos si un día no podemos hacerlo, como nos pasa cuando no podemos ducharnos o lavarnos los dientes.

¿Y cómo podemos convertir esos propósitos en hábitos? Estas son las claves:
Intenta uno cada vez.
No intentes a la vez dejar de fumar, bajar de peso y conseguir pareja. No harás ninguna de las tres cosas. En lugar de eso, céntrate en uno de los objetivos, y cuando lo hayas conseguido ve a por el siguiente.

Crea un Plan de Acción.
Una vez que hemos definido que queremos, es necesario saber cómo lo vamos a lograr. Necesitamos elaborar un mapa que nos lleve a donde queremos, para esto, es necesario hacer una lista detallada de todas las acciones que hay que llevar a cabo para alcanzarla. Por ejemplo, si quieres bajar de peso has una lista que incluya el tipo de alimentación que vas a llevar, cuánto ejercicio vas a hacer y de qué tipo, cuantos días a la semana, etc. Si quieres incrementar tus ingresos , que acciones vas a llevar a cabo, si lo vas a lograr en el trabajo donde estás o vas a realizar una actividad adicional, si ya tienes un negocio independiente como un Multinivel, que acciones diarias vas a implementar, cómo vas a incrementar tu lista de prospectos, cuánto tiempo vas a dedicar a capacitarte, que estrategias vas a aplicar.

Empieza por lo más fácil.
A lo mejor pasar de no hacer deporte a hacer una hora al día es excesivo. Plantéate una meta que puedas cumplir, incluso que creas que será demasiado fácil, como hacer treinta minutos al día. De este modo, la sensación de triunfo que tengas al conseguirlo te hará más fácil abordar el siguiente objetivo.

Plantea un objetivo medible.
Tu objetivo no puede ser “hacer más deporte” o “beber menos”. Eso es muy difícil de medir, y es muy fácil engañarte a ti mismo con su cumplimiento. Es preferible “hacer 30 minutos de deporte” o “beber 2 cervezas en lugar de 5″. De este modo sabes perfectamente si lo estás cumpliendo o no.

Crea una rutina.
Plantéate un momento del día y una situación para cumplir con tu objetivo. Por ejemplo, para hacer deporte puede ser una buena hora el comienzo de la mañana, o por la tarde al volver del trabajo. Lo ideal es hacerlo justo después de un hábito que ya tengas establecido, como lavarte los dientes, de manera que este nuevo hábito se convierta en parte de la rutina que tienes al despertarte, al llegar a casa o antes de acostarte.
Recuerda que el objetivo es conseguir convertirlo en costumbre, en algo que haces sin pensar.

Cambia un hábito negativo por otro positivo.
Uno de los problemas con hábitos del tipo de fumar es que dejarlos crea un vacío. No es solo la adición a la nicotina, sino el condicionamiento que te ha programado para encender un cigarro y tenerlo en la mano en determinadas situaciones. En lugar de sumprimir directamente el hábito intenta cambiarlo en esas situaciones por otro positivo, o al menos neutro. Por ejemplo, masticar un chicle o jugar con un objeto pequeño si tu problema es que tienes que tener algo en la mano.

Insiste aunque algún día falles.
No pasa nada si un día fracasas en tu objetivo. Puedes estar enfermo, o surgir un imprevisto. Pero no dejes que pasen varios días seguidos sin insistir en el hábito, o no conseguirás desarrollarlo.

Cuando consigas un objetivo, pasa al siguiente
Si llevas 30 días creando un hábito, ya es fácil dejarse llevar y mantenerlo. Ahora intenta con el siguiente. Puede ser aumentar la intensidad del conseguido.

¡FELIZ AÑO 2.012! y Que logres tus objetivos.

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