martes, 4 de octubre de 2011

Mente de principiante (Shoshin)


Shoshin: Es un concepto del Budismo Zen que se podría traducir como “La mente del aprendiz”.

Se refiere a esa forma de ver las cosas especial que teníamos hace muchos, muchos años (en una galaxia muy lejana?) cuando éramos niños… Es un estado en en el que la mente esta abierta, curiosa (casi diría “juguetona” intelectualmente), libre de prejuicios, que considera que existen muchas posibilidades y sobre todo, que no intenta acomodar o tamizar lo que se está escuchando en base a las experiencias pasadas… En palabras de Shunryu Suzuki:

“En la mente del principiante hay muchas posibilidades… en la del experto, muy pocas.”

Creo que según nos vamos haciendo mayores, ganando experiencia y conocimientos empieza a costarnos más adoptar esa mentalidad, sorprendernos e ilusionarnos con lo que escuchamos, y sobre todo, extraer todo el contenido… en resumen, se pierde la humildad del aprendiz. Como no podría ser de otra forma, existe un término para describir esta actitud mental, “Mente Experta”, y se refiere al conocimiento cuasi-completo de un tema (o la percepción de que lo tenemos), al ácrata que piensa que lo sabe todo y no se cree nada.

Ambos conceptos están muy bien explicados en este cuento, así como en la disertación de Chiba Sensei sobre el tema… pero ¿como nos aplica todo esto en nuestra vida “profesional”?


Es desgraciadamente habitual que cuando alguien nos empieza a contar algo, o lo leemos en algún lugar, nuestra “mente experta”, que sí conoce el concepto, automáticamente manda un mensaje de “eso ya lo se”, y nuestra atención se difumina, en el mejor de los casos… Shoshin habla de escuchar como un niño y sacar toda la riqueza al mensaje… porque muchas veces es incluso más interesante la forma del mensaje que el contenido en si, que puede que ya lo conozcamos. Esto creo que se hace especialmente patente cuando estamos presentando en público: en muchos casos, al público le resulta más interesante cómo se transmite ese mensaje (el punto de vista del orador y su forma de expresarlo) que el propio mensaje en sí…

Una de las ventajas que sin duda nos ofrece de esta actitud es que permite “abrir caminos nuevos” en la forma de pensar, ya que se producen nuevas ideas y asociaciones al escuchar algo que de normal hubiéramos pasado por alto… es símilar a la sensación de creatividad fruto de una sesión de brainstorming. Yo todavía recuerdo la ilusión y la sensación de tener mucho camino por recorrer de mi primera época profesional, donde todo estaba por aprender y vivía en “modo esponja”…. shoshin es todo eso, ¡y me propongo recuperarlo!

Siendo más concreto y filosofando menos, en nuestro mundo de los negocios estamos constantemente bombardeados por nuevos conceptos que se basan en algunos conceptos antiguos… y que no llegamos a intentar entender ni valorar su novedad porque no estamos shoshin. Esto lo percibo últimamente mucho cuando hablo con alguien sobre la web 2.0 y social media. Las respuestas suelen ser escépticas, del estilo de:

“Pero esto es lo de siempre, lo único que han hecho ha sido ponerlo en bonito y crear algún servicio nuevo para que se comunique la gente”
“¡Menuda moda! Esto son los foros de siempre con dos tonterías más…”
He de confesar que mis primeras impresiones sobre el tema no iban demasiado alejadas de esa línea, pero una persona a la que tengo en gran consideración me dijo:


“No lo juzgues sin conocerlo… vívelo, observa, experimenta sin prejuicios… y luego emite tu opinión”

En resumen, pienso que debemos recuperar esa forma de ver la vida y sobre todo el trabajo, sin prejuzgar las cosas cuando nos las cuentan, con la mente abierta, valorando todas las opciones y puntos de vista.
Tomado de www.javiermegias.com

Dedicado a mi hija Marcela Villegas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este es un espacio para la construcción de ideas y la generación de opinión.
Este espacio busca crear un foro constructivo de convivencia y reflexión, no un escenario de ataques al pensamiento contrario